Es un lienzo que formó parte del original mucho mayor que fue fragmentado en tres trozos por razones testamentarias y que se conocía como "El Marqués de Cogolludo y sus hermanas" (vulgarmente "Los niños de Medinaceli") de Agustín Esteve. La obra fue encargada Luis Joaquín Fernández de Córdoba y Benavides, XIV Duque de Medinaceli. Para ocultar la fragmentación del cuadro ha sido intensamente repintado. El trozo que nos ocupa además sufrió un incendio por lo que su estado de conservación no es bueno. Otro fragmento se encuentra en la colección de la Duquesa de Osuna y el tercero se halla en paradero desconocido. El niño muestra la ingenuidad y encanto infantiles que Esteve sabía captar, a su vez es tratado con sublime elegancia, propia de la condición aristocrática del heredero del título. Existe otro retrato de este personaje en la colección pintado por Casado del Alisal.