Este artista valenciano, discípulo del gran maestro aragonés Goya, figuró a partir de 1800 como Pintor de Cámara de Fernando VII residiendo en la corte a principios del siglo XIX. Su vocación artística la heredó de su padre, de oficio escultor. Esteve colaboró con Goya durante su etapa más intensa de encargos. Su estilo se encuentra a caballo entre su maestro y Mengs, se distingue por su dibujismo y frialdad de color, mostrando, sin embargo una extraordinaria captación de la inocencia y encanto infantiles. Los personajes son tratados de manera muy amable rayando a veces en la idealización de los mismos. Se convirtió en el retratista oficial de la nobleza española durante el reinado de Carlos IV. Las familias Osuna y Alba ejercieron un patronazgo con el pintor que se puede ver reflejado en la amplia colección de retratos de personajes de ambas casas nobiliarias. Con la invasión francesa comenzó su declive, que tendría su máximo apogeo con el ascenso de Vicente López como pintor cortesano.